DESPEDIDA
Entre
mi amor y yo han de levantarse trescientas noches como trescientas
paredes y el mar será una magia entre nosotros.
No
habrá sino recuerdos. ¡Oh tardes merecidas por la pena! Noches
esperanzadas de mirarte, campos de mi camino, firmamento que estoy
viendo y perdiendo ... Definitiva como un mármol, entristecerá tu
ausencia otras tardes.
Jorge
Luis Borges,
1923.
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