Mirando hacia el horizonte adivino en líneas una sonrisa, si dirijo la mirada hasta ese cerro veo unas manos amigas y abrazos donde hay dos corazones y solo un latido se escucha, y ahí me siento “pequeña”, por dentro de todo sentimiento y si observo la arena, las marcadas huellas de una soledad se forman con pereza en la playa de una esperanza.

Mirando al cielo, si es de día observo en el sol el brillo de un despertar con calma, de una serenidad con lágrimas y   sonrisas porque éstas se van mezclando sin atropellarse. Y si está gris ese lienzo, las nubes juguetean formando esponjosos recuerdos. Pero cuando es de noche, la luna y las estrellas acercan una mirada blanca, limpia con aroma incandescente a besos que dormirán en el laberinto de los sueños.

Y mirando los sueños, si me alejo, si me marcho lejos, si me aíslo, si me sumerjo en otro mundo, vienes a buscarme, para enlazar entre mis dedos la magia de una fantasía , dejando en mis manos posado, como sedoso pañuelo un aroma de nostalgia que difícilmente puedo desprender de mis ropas sin quedar desnuda.

Una nueva frescura en palabras para tratar de alejarme, se traduce en unas letras que saltan al paisaje de mis ojos atrapando mis sentidos, desbordando mi ternura.

Un rebelde salto al vacío de unos pensamientos y caigo suavemente en una realidad con marcado sello de pura nostalgia encadenada.

Es como si la vida tuviera los trocitos de las ilusiones apretadas en un puño, y a cada nuevo intento por alejarme de un sentimiento que acaricia suavemente mi corazón, y deja caer descuidadamente un retazo desbordado del traje que se formó en mi alma, formando un rastro de emociones con el que siempre me puedas localizar esté donde esté. Porque mirando no se pueden ver oscuridades...

Alma_Kore