ANA
Te adoro, porque me haces feliz,
me haces sentir plena, única, risueña.
Porque tu autenticidad, me inspira,
en la lúgubre oscuridad de mi oficina.
Te quiero, no por tu inteligencia, ¡no!
Porque desde niña, me has estimulado,
creyéndote que soy sin trono una reina,
quien pudiera defenderte de los ogros.
Y con tu rostro risueño, me contagias,
mi seriedad se siente ante ti, mutilada,
y es que sin violencia, me desarmas,
a mí, tus amigos, ¡eres el alma!
¡Siéntete orgullosa de tu pluma y tu risa!
No hay otra forma de vencer a las infamias.
Te amo, hija mía.
Esto es a la autora de:
A Ana.