[Mariposa inquieta]
YO NO SABÍA QUE SE PUEDE SER BAILARINA
siendo esqueleto.
Que uno puede ser viento estando tierra.
Que puede uno desgastarse y agonizar a ratos.
Que muerta podía recordar
la juntura del presente con el pasado.
Pero los autos,
la calle de nuevo se incendia,
El árbol cae sobre nosotros,
nos resguardece de la gente
que llega a casa con espadas,
de niños que gritan
y se persiguen hasta el patio.
De luces que van y nunca vuelven.
Las noches de angustia y de tedio.
El silencio siendo
. . . . . . . .siendo silencio.
Ahora trato de traducirte:
cuando te abrazo me siento
más secreto, más nube,
cometa ambulante.
Los pájaros mueren
- algunos –
ahogados de sueño.
Y mi nombre de piedra rocosa,
mi Leticia con tu lengua y en tus dedos,
mi infelicidad dictada a cuentagotas.
Todo lo arregla tu amor lejano e incierto,
el destino fingido que construyo con manos.
Encuentro palabras que me repito
una
y otra
y otra vez
hasta arrodillarme muda.
Quiero que mi boca se disuelva,
esconder el poco amor finito que me queda.
La sensación de estar
medio rota.
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leticia cortés, poeta mexicana
Bio-bibliografía
Leticia Cortés. Guadalajara. Soñadora compulsiva. Nació un viernes lluvioso del mes en que el cielo se llena de cometas. Se llama así porque así se llama su madre. Todo lo resume en lo contrario al significado de su nombre. Le debe las palabras y los sonidos al agua y a los columpios, a las ventanas y a los pájaros.
[A veces es más terca que creativa]