Uno de los conceptos más modernos y llamativos de la psicología actual es el de Resiliencia. Un nombre extraño que alude en el campo de al física, a la capacidad de los materiales de volver a su forma original, cuando han sido forzados a cambiar o deformarse. En la psicología, el concepto de resiliencia o afrontamiento, señala la capacidad para enfrentar situaciones críticas, sobreponerse y salir airoso y fortalecido, en vez de frustrado o debilitado.
¿Cómo desarrollar la capacidad de resiliencia? Vemos las sugerencias que presento aquí como material de trabajo personal.
1- Desarrollar una sana autoestima: Creando y sosteniendo autoconfianza, autoimagen positiva; aprender a conocernos, aceptarnos y valorarnos de manera realista y comprensiva.
2- Seguir la vocación. Orientar la energía hacia el talento y el bienestar. Es decir, invertir energía y tiempo suficientes en aquello que nos gratifica y sobre lo que tenemos habilidad o dominio.
3- Ser asertivos. Ejercitar una comunicación clara, honesta y oportuna, que nos permita prevenir y resolver malos entendidos, y evitar "coleccionar" y "tragarnos" lo que nos incomoda y convertirlos luego en resentimientos.
4- Ser optimistas. Ver el lado positivo del mundo, de la vida y de nosotros mismos. Esto es, buscar y esperar que suceda lo mejor.
5- Reencuadrar los resultados. Aprender a ver los eventos indeseados como aprendizajes necesarios y no como fracasos autoatribuídos.
6- Desarrollar relaciones positivas. Vincularse de manera cercana, estable y positiva para el disfrute de los vínculos y su utilización como base de apoyo emocional mutuo.
7- Ser precavidos. Actuar preventiva o proactivamente, pensando antes de que las crisis aparezcan.