Era ya casi junio cuando debuté como actor principal en lo que sería mi primera representación teatral. Mi papel no podía ser otro que el de don Juan en el Tenorio de José Zorrilla. De doña Inés hacía la que era en aquellos días mi ilusión inalcanzable; “Chela”, chica estupenda y adorable.
Cosas de la inexperiencia hicieron que me vistiera con un traje alquilado. Las calzas me oprimían sobremanera los muslos y la paquetería; por lo demás rumboso e impresionante, con espada al cinto y un sombrero de plumas. Ella también con el vestuario alquilado me parecía una diosa.
La representación iba de perlas hasta quellegó la escena del sofá. El actor principal, o sea yo mismo (kimax), tenía que recitar el poema de la declaración; ella sentada y yo de rodillas.
Mis calzas se pegaron aún más a las zonas difíciles.
La cercanía de doña Inés, la belleza del texto, la sonrisa cálida de la mujer amada en secreto….todo se unió para que la naturaleza se presentara de golpe.
A medida que me acercaba a mi amada iba experimentando un abultamiento que asustaba a doña Inés y me sorprendía incluso a mí por la inesperada fuerza primaveral.
Don Juan, o sea Kimax, o sea yo, opté por dar la espalda al público y ajustarme el abultamiento a posición más disimulada:
“Luz de donde el sol la toma/hermosísima paloma/privada de libertad….”
Justo ahí en la palabra libertad, fue cuando el abultamiento volvió a la carga. Una voz escalofriante del público gritó: “Kimax, no te hurgues que es peor”. Fue un ridículo espantoso, porque el público rió la tontería, e incluso Inés del alma mía, no pudo reprimir una carcajada de lo más hiriente para mi sensibilidad.
Desde ahí hasta el final la cosa fue un desastre. Don Juan se trabucaba, doña Inés se reía, y el fantasma del comendador hasta se hizo pis encima de la risa.
Terminada la función, vuestro servidor Kimax (el actor principal), invitó a Doña Inés a tomar una copa. Ella rechazó. Ahora casi treinta años después, comprendo que su negativa entraba dentro de lo más razonable.
Jamás he vuelto a pisar un escenario.