Himno
Rey poderoso, Dios verdadero,
que templas las vicisitudes,
ilumina el día con tu esplendor
y el mediodía con rayos de fuego.
Extingue la llama de las luchas,
apaga el calor que daña;
concede la salud a los cuerpos
y la paz auténtica al corazón.
Del oficio de la sexta hora