El grunir cuando el amo se acerca al plato es un problema muy comun, sobre todo en perros dominantes y perros a los que por gastarles "bromas" han decidido que deben defender su comida. El origen de este comportamiento esta en la desconfianza, si un perro piensa que le van a quitar su comida lo logico es que trate de enfrentarse. Cualquiera lo haria.
Un perro debe de confiar en su dueño para ello lo principal es que no se sientan agredidos con nuestra presencia. Deberia ser al contrario, que el perro este contento de tener a su dueño cerca cuando come.
Algunos trucos útiles:
Durante unos dias le pondremos el plato de comida y nos alejamos, cuando este comiendo nos acercamos y dejamos caer en el plato un trocito de queso.
Esta operacion hay que hacerla sin molestar,sin hablar, como caido del cielo. Nuestro perro relacionara nuestra presencia con la caida del queso y no con que le queramos quitar su comida. Cada dia acercaremos mas la mano al plato para dejar el queso. En pocos dias, estara esperando su trocito, casi con mas ganas que la propia comida. Asi hasta que le veamos confiado como para poderle tocar...una palmadita nada mas.
Una vez que lo hayamos logrado lo mejor es suspenderlo a diario y posteriormente hacerlo ocasionalmente.
Un perro debe hacer caso a ordenes simples a los 10 o 12 meses. En ese momento ya tiene la suficiente madurez para saber que tiene un dueño y al mismo tiempo tener el caracter formado como para asimilar sin complicaciones una orden. Con edades mas tempranas no podemos ser exijentes con ellos pues repercutiría en su caracter y lo único que podríamos conseguir es un perro con inseguridades o tímido.
Cuando el perro es un cachorro debemos comenzar a enseñarle como queremos que actúe pero siempre con juegos y sin presionarle, si lo hacemos bien, nuestro perro será el primero que querrá que le entrenemos y nunca tendrás necesidad de adiestrarle pues le habrás modelado su forma de ser según tus juegos.
Piensa en la edad de un niño, por supuesto que tiene una edad para empezar a leer, pero si en su casa le han enseñado las letras con juegos, su primer día de empezar a leer le parece de lo más fácil.
Tenemos que conducirles con juego para que nos presten atención y enseñarles sobre todo a que nos escuchen. Si de 30 veces que les llamamos hay 29 que es para algo divertido, el día que le pedimos algo que no quieren lo hacen aunque sea por la costumbre.
Hay que tener mucha sensibilidad y dedicarles el tiempo que se merecen y entonces todo se simplifica.