Si nos ponemos a pensar en la lotería evolutiva, los hombres la sacamos muy fácil. "Vamos en coche", como dicen.
La naturaleza, que es sabia, les puso muchos inconveniente a las mujeres, ellas son más fuertes, más valientes y más resistentes que nosotros.
Si fuéramos los encargados de menstruar y parir, ya se habría acabado la especie humana. Pero, hay más, pues no hemos hablado del factor cultural y estético: mientras para ellas sin tetas no hay paraíso, a nosotros las normas de seducción nos han tocado muy blanditas.
Ha sido suficiente con bañarnos, lavarnos los dientes, echarnos desodorante en las axilas, y si acaso alguna colonia. Punto.
La afeitada diaria ya es suficiente complicación, pero aún es posible dejarse la barba.
Nada es eterno
Claro que, como se dice por ahí, el hombre es un lobo para el hombre. No faltaba el grupito de traidores dispuestos a cagárselo todo: Los metrosexuales. Es una tendencia bastante peligrosa, pues si se generaliza puede dar al traste con diez mil años de evolución cultural que nos han permitido sentarnos a beber cerveza y ver televisión con la mano donde sabemos mientras dejamos al aire nuestro prominente abdomen de mamíferos sedentarios, eructamos, nos tiramos pedos y nos limitamos a oprimir el control remoto. Mientras ellas ya tienen el sexto sentido femenino bien afinado, a nosotros nos basta con ver un buen culo y un par de tetas,o un partido de fútbol para regresar al Pleistoceno.
Pero todos estos siglos de confort están a punto de irse al traste. La verídica tonada que dice "yo soy como el oso, feo pero sabroso", ya es una antigualla del paraíso perdido. El metrosexual se ha venido masificando y ahora nos exigen más de la cuenta: que mira esa panza, que mira esos bíceps nulos o esas piernas blancuzcas, que te falta tonificar, que no tienes nada de pompis, que tienes unos pelos inmundos en las orejas… ¡Maldito Beckham!, ¡Púdrete, Brad Pitt! ¡Que viva Woody Allen! ¡Arriba Danny de Vito!
Si siguen haciendo esta campaña dañina, para conseguir hembritas va a tocar echarse crema antiarrugas diaria y nocturna, crema para el contorno de ojos, humectantes, jabón de avena, tónico astringente, crema de manos, crema adelgazante, mascarillas, masajes capilares…, además tendremos que hacernos manicuras, pedicuras, sesiones de bronceado, limpiezas faciales y, horror de horrores: depilación con cera, ¡con lo que debe de doler! El tipo que se hace la cera en el pecho, o el bikini (bolas y ojete), y vende la idea de que se ve bonito porque es lampiño como una rana platanera, debería ser quemado en la hoguera junto con todos sus cosméticos.
Darwin,¡Te lo tenías guardado!