leer, sentir, cantar, escribir, compartir los sentimientos.
siempre hallaremos almas afines, no nos condicionan el lugar ni el tiempo.
escribí poesía hasta los 17 años. luego permití que lo cotidiano me adormeciera, que las batallas casi me agotaran, que el desamor me congelara...
casi me rindo.
pero no, no lo hice. gracias a la red salí de nuevo al mundo, a navegar por nuevos rumbos, a conocer nuev@s compañer@s de viaje.
siempre me regocija darles las gracias por haberme apoyado en el reencuentro con la nati "descaradamente viva"
les comparto este poema de maruja vieira, colombiana nacida en 1922, que me parece delicioso.
Los 85
A los 85 estamos descaradamente vivos.
Se supone que los que nos aman
deben saber que caminar ya no es la alegría de antes
a menos que sea al sol y sobre la hierba.
Se supone que deben saber
que nuestras noches son demasiado largas,
porque tenemos que acostarnos muy temprano
y hay muchas cosas a las que ya no podemos ir
porque nos cansamos.
Pero seguimos descaradamente vivos
y no son nuestros ojos,
es la luz que se debilita cuando queremos leer
y no son nuestros oídos,
es la voz de los otros la que ya no tiene sonido.
Son las calles las que se han vuelto
demasiado largas y las escaleras demasiado altas.
Pero seguimos descaradamente vivos
y algunos afortunados tenemos
una ventana por donde entra el sol de la tarde
y una voz muy amada que nos llama.
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