Leyendo a Marcu, me ha dado por filosofar a propósito de sus escritos sobre la vida, la fuerza, etc., y he pensado en escribiros unas pautas que a mi me parecen son las que me hacen grata la vida.
Los estados de ánimo mucho tienen que ver con la felicidad.
Según mi opinión el estado de ánimo de cada uno lo determina uno mismo, al menos, en un tanto por ciento muy elevado; y por ende, aunque suene a retórica, depende casi de manera absoluta de nosotros mismos. Me refiero nuestro estado de bienestar y por consiguiente de felicidad.
Modestamente y sin pretender dar lecciones de lo que cada cual debe hacer, yo, personalmente sigo unas pequeñas premisas casi inconscientemente, que son las que creo conforman mi mayor o menor felicidad. Son las siguientes:
Trabajar en lo que más nos guste ( Y por supuesto que nos paguen por ello)
Tratar a los demás como nos gustaría ser tratados a nosotros mismos
Prestar atención cuando nos hablan. (Esto que parece tan obvio, debe ser muy difícil)
Ayudar a los demás en la medida de nuestras posibilidades
Caminar siempre con nuestra mejor sonrisa. Veréis como es contagiosa. (Que no sea la “sonrisa del tonto”; no se por qué me viene a la mente un personaje muy conocido en nuestro país).
Ser conscientes de nuestra propia paz interior y regocijarnos en ella.
Impedir la entrada a nuestro círculo de amistades a quienes intuyamos nos pueden hacer daño o simplemente no son “limpios” . Ellos ya encontrarán su propio círculo y así mismo serán felices o infelices, pero ya no será nuestro problema. Tema este muy serio que yo llevo a rajatabla.
Tratar de sobrellevar los hándicaps y zancadillas que a diario nos pone la vida, así como las desgracias naturales o accidentales que constantemente ponen a prueba nuestro sosiego. Aminorarlas en la medida de lo posible y restarles importancia,( a veces resulta imposible), pensando siempre en el lado positivo de las situaciones. En mi caso esto es lo más difícil.
Ser un poco niños. La inocencia, (que no ignorancia), y además con un puntito de inconsciencia nos aporta muchísimos beneficios.
Disfrutar de nuestros amigos. Ellos son la sal de nuestra vida. Esto importantísimo.
Dominar el trabajo. El trabajo es sólo un medio necesario para poder vivir más o menos confortablemente pero jamás debemos convertirnos en esclavos de él.
Y ya de paso, sobre la marcha, también se me ocurre el Equilibrio. Esto es, saber disfrutar de los muchos placeres que nos ofrece la vida de una manera equilibrada, sin dejarnos arrastrar por vicios que nos convierten en esclavos, por ejemplo, drogas, juego, sexo (éste es el que más me cuesta evitar ser arrastrado, jeje).
Pues eso…..mesura y a disfrutar!!!
Venga.....!!!