Soledad
Sentado a la puerta de mi cabaña canto en voz baja. La mañana, a mis pies, me mira con sus puros ojos de doncella. Por el camino ríen y cantan los enamorados. ¡Y nadie viene a acompañarme! Sentado a la puerta de mi cabaña sueño las nubes. El medio día me contempla con sus quietos ojos. En la floresta dorada se miran los amantes. ¡Y nadie viene a acompañarme! Sentado a la puerta de mi cabaña callo nostálgico. La tarde me mira con sus ojos de cervato. Hacia el río, en la penumbra morada, se esfuman las parejas. ¡Y nadie viene a callar conmigo! Sentado en la puerta de mi cabaña suspiro y estoy triste. La noche me mira con sus ojos estrellados. En el aire cálido palpitan besos y caricias. ¡Y nadie viene a acompañarme!
Tagore, Rabindranath
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