DOS ANCIANOS ESCUCHABAN EL SERMÓN DE UN PREDICADOR Y ÉSTE DIJO:
-PONGAN SU MANO EN LA PARTE AFECTADA Y EL MILAGRO SE PRODUCIRÁ..
EL VIEJITO, DISIMULADAMENTE. PUSO SU MANO EN LA ENTREPIERNA.
LA VIEJITA QUE LO OBSEVABA DIJO:
-¡VIEJO! DIJO MILAGRO...... ¡NO RESURRECCION