Tras tantos años en la empresa he visto casi de todo. Incluso cuando nos quedábamos a comer, y cada día hacíamos la comida uno distinto, por riguroso turno y se establecían los siguientes diálogos. La secretaria de dirección solía decir “ A mí me gustan más huevos de Martínez…los encuentro como más al punto”, en cambio la jefa de almacén, que era mi favorita solía decir: “Pues para huevos los de Kimax, los encuentro más sabrosos”.
Pero últimamente ha habido mucho “mobbing” laboral; mucho ir y venir y contratos temporales, y la gente ya no es lo que era. Esa gran familia.
Ha entrado recientemente un comercial muy agresivo y la chica de recepción le ha acusado de acoso laboral. No obstante creo que se ha pasado en sus severas acusaciones. Yo estaba presente y puedo dar fe. La conversación fue así:
Ella: Me tienes preparado el albarán?
El: Sí guapa
Ella: Como vuelvas a decirme guapa en el trabajo, te denuncio, marrano, que siempre estás pensando en lo mismo.
Yo creo que cuando el honor y el futuro de una persona dependen de una sentencia judicial, la culpabilidad tiene que estar sobradamente demostrada.
A mí no me cae nada bien el nuevo comercial; pero una cosa es una cosa y otra es otra.
A pesar de todo, como soy un cachondo recalcitrante le he escrito a la chica una nota firmada, y se la he dejado en su mesa con aquello de :“Ciervos, gamos saltadores/montes, valles, riberas/guas, aires y ardores……”. Me imagino a San Juan de La Cruz, amonestado por la Conferencia Episcopal Española, por erótico y marrano. La semana que viene os cuento….