La nana. (octava francesa) La nana
Sobre un lecho de pajas nació un niño, su rostro la inocencia rebelaba. María con amor lo contemplaba, era Dios en ofrenda de expiación. El Verbo hecho carne entre los hombres marchaba por un áspero camino, dispuesto a transformar nuestro destino trayendo con su muerte redención.
La virgen cantaba al pequeñuelo la nana, y la sensible melodía como el incienso hacia el cielo ascendía. La tarde sucumbía en su arrebol. Los astros en el vasto firmamento suspiraban oyendo los arrullos y en el vergel se abrían los capullos tras la caída drástica del sol.
Autor:Carlos Israel Nápoles
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