- Reprimida
-
- Doncella soy, y muy a pesar mío.
Qué carga tan pesada es la virtud, cuando las fuerzas de la juventud libran batalla en mí con fiero brío.
Con fingido pudor miro y sonrío al hombre que me asedia, y mi actitud enmascara la absurda esclavitud en que solloza el corazón vacío.
Labios, senos y muslos, campo yermo labrado sólo en sueños, mientras duermo, y en insomnio, con más intensidad.
Tú, caminante, mira mis temblores. Suelta tus ímpetus arrolladores, y arrebátame la virginidad.
Los Angeles, 4 de agosto de 1999
-
- Soneto Nº 244 de Francisco Alvarez Hidalgo
|
|