Cuenta una antigua leyenda que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad el verdadero autor era una persona muy influyente del reino y por eso desde el primer momento se procuro un chivo expiatorio para encubrir al culpable.
El hombre fue llevado a juicio, ya conociendo que tendria escasas o nulas oportunidades de escapar al terrible veredicto, la horca!!!!. El juez, tambien complotado, cuido no obstante de dar todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado:
"Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Senor vamos a dejar en manos de El tu destino, vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable e inocente. Tu escogeras y sera la mano de Dios la que decida tu destino."
Por supuesto, el mal funcionario habia preparado dos papeles con la misma leyenda "CULPABLE" y la pobre victima, aun sin conocer los detalles, se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No habia escapatoria. ..
El juez conmino al hombre a tomar uno de los papeles doblados. Este respiro profundamente, quedo en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse abrio los ojos y con una extrana sonrisa tomo uno de los papeles y llevandolo a su boca lo trago rapidamente.
Sorprendidos e indignados los presentes le reprocharon airadamente: -"Pero que hizo??? Y ahora, como vamos a saber el veredicto?".
-"Es muy sencillo" respondio el hombre, "Es cuestion de leer el papel que queda y sabremos lo que decia el que me trague".
Con rezongos y bronca mal disimulada debieron liberar al acusado y jamas volvieron a molestarlo.
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