Es de noche en la panadería, y todos los panes están durmiendo: la chilindrina, el bigote, el bolillo, la concha, etc., cuando de repente se despierta la concha y grita:
"¡Soy una concha! ¡Soy una concha!"
Todos los panes se despiertan, pero el más enojado era el bolillo el cual amenaza:
"¡Concha, si no te callas te voy a matar!"
"Está bien", dijo la concha, y se acostó.
Como a los cinco minutos, la concha se vuelve a levantar gritando:
"¡Soy una concha! ¡Soy una concha!"
Vuelve a despertar a todos los panes y el bolillo amenaza en tono más perentorio:
"¡Concha, si no te callas ahora sí te voy a matar!"
"Está bien, me callo", contestó la concha y se acostó.
Un rato después, la concha nuevamente se levanta y grita:
"¡Soy una concha! ¡Soy una concha!"
Todos los panes se despiertan y esta vez el bolillo tan sólo murmura:
"Concha, te lo advertí", y le dispara.
Todos los panes se quedan espantados; la concha se levanta, se queda callada un rato y luego comienza a gritar:
"¡Soy una dona! ¡Soy una dona!"