Este relato que ya cuenta con una adaptación cinematográfica próxima a estrenarse en varios países (noticia que fastidió al Vaticano y hasta provocó, según informa La Nación, deseos de boicotear el proyecto por considerar que esta película desarrolla una trama “que perjudica al sentido religioso común”, tal como expresó el vocero Marco Fibbi), está protagonizado por Robert Langdon, el profesor de simbología religiosa que también está incluido en la historia de “Código Da Vinci”.

En esta oportunidad, el experto tiene como misión investigar qué secretos esconde una antigua secta conocida como Illuminati y dónde se encuentra la antimateria que ellos han colocado en el Vaticano con el fin de destruir la ciudad.

Tras tomar conocimiento del crimen de un destacado físico llamado Leonardo Vetra, un asesinato que parece tener relación con este grupo aparentemente extinguido, Langdon comienza a investigar el episodio ocurrido en un laboratorio de máxima seguridad y descubre que el símbolo dejado sobre el cadáver es auténtico, una prueba de que esta dañiña sociedad parece haber resurgido con ansías de venganza hacia la Iglesia Católica.

Lejos de haber concluido allí el accionar de estas fuerzas que habían permanecido ocultas durante siglos, con el transcurso del tiempo desaparecen varios cardenales, se multiplican los fallecimientos y los secuestros pero Langdon, ayudado por Vittoria, la hija adoptiva de Vetra, consigue vengar esas muertes y aclarar todos los confusos episodios que llevaron a encontrar culpables donde no los había y a considerar inocentes a quienes no lo eran.

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