Sucede que al ver tu dibujo, Ana,  se me ha refrescado la memoria. Yo soy un actor de teatro frustrado. Fue en el colegio de los HHMM cuando debuté por primera vez como actor principal en una representación benéfica. Mi papel no podía ser otro que el de don Juan Tenorio de don José Zorrilla. Hacía de doña Inés la que era por aquellos días mi ilusión inalcanzable. No era Amescoa, pero podría haber sido. Entonces aún no la conocía. En el cartel figuraba mi nombre con caracteres especiales. “Don Juan Tenorio: Kimax”

La inexperiencia me jugó una mala pasada. Me vestí de don Juan con un conjunto de ocasión, cuyas calzas me oprimían el “paquete” Por lo demás, rumboso e impresionante, tal como yo soy. Con espada al cinto y un hermoso sombrero de plumas. Doña Inés……..impresionante. La representación iba de perlas hasta que llegó la escena del sofá.

El actor principal, o sea yo mismo, tenía que recitar a doña Inés el bello poema de la declaración. Ella entada y don Juan arrodillado a sus plantas. Las calzas se me pegaron aún más a las zonas difíciles y yo siempre he sido (aún sigo igual), una hormona con patas. La naturaleza se me presentó de golpe. La cercanía de doña Inés, la belleza del texto, la sonrisa cálida de la mujer amada en secreto, el roce, la pasión encendida…..todo se unió en pos de mi estrepitos fracaso como actor debutante. Don Juan a medida que se acercaba a su amada, experimentaba un súbito abultamiento bajo la seda…………..continuará……….