La República Argentina no reconoce la soberanía británica (al igual que otras naciones iberoamericanas) y las incluye como parte de su territorio, más precisamente como parte de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Como sucesora del dominio español, la República Argentina poseyó estos territorios hasta 1833 y luego, brevemente, durante la Guerra de las Malvinas en 1982. La Constitución Nacional Argentina, reformada en 1994, ratifica en la primera de sus Disposiciones Transitorias el reclamo de la soberanía y la recuperación de la misma como un "objetivo permanente e irrenunciable del Pueblo Argentino". Desde 1982 la República Argentina renombró a la capital de las islas como Puerto Argentino.
Desde 1965, la “Cuestión de las islas Malvinas”, que incluye a las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich el Sur y los espacios marítimos circundantes, se encuentra bajo consideración de las Naciones Unidas. La Asamblea General y el Comité de Descolonización han definido esta cuestión como un caso particular y especial que difiere de las situaciones coloniales tradicionales debido a que involucra una disputa de soberanía. También la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) se expresó al respecto reafirmando su respaldo a los derechos de la República Argentina en la disputa de soberanía con el Reino Unido.[19]
El 16 de febrero de 2010 el gobierno argentino a través del decreto 256/2010, y luego del inminente inicio de la explotación petrolífera por parte del Reino Unido, estableció que todo buque o artefacto naval que se proponga transitar entre puertos ubicados en el territorio continental argentino y puertos ubicados en las Islas Malvinas, Georgias del Sur Y Sandwich del sur, o atravesar aguas jurisdiccionales argentinas en dirección a estos últimos, y/o cargar mercaderías a ser transportadas en forma directa o indirecta entre esos puertos, deberá solicitar una autorización previa al gobierno argentino.[20] Dicho decreto inició una escalada de tensión diplomática.