Hija mía, hoy quiero decirte que mi vida no ha sido una escalera de cristal; todo lo contrario. Al recorrerla, he conseguido escalones falsos, partes sin baranda y hasta tramos donde no hay peldaños. Sé que tu vida hija mía por más que yo desee lo mejor para ti, no será una escalera de cristal y sólo puedo decirte :
*que cuando te consigas un escalón flojo o inestable, yo estaré allí para estabilizarte y equilibrar tus penas .
*que cuando consigas tramos que no tengan barandas, mi mano estará allí para sostenerte y así puedas sentir seguridad.
*que cuando no hayan tramos que te permitan avanzar, si es necesario, yo te serviré de puente para que puedas continuar.
Cuando ya no pueda estar a tu lado y necesites de mí, cierra tus ojos!!!... aférrate a nuestros momentos más maravillosos y avanza; no dejes de subir, porque al final de esa escalera yo te estará esperando.
Hija mía, sé que tu vida no será una escalera de cristal pero recuerda que nuestro amor y el lazo que nos une, es tan hermoso, puro y transparente como el cristal y a la vez fuerte y duradero como el acero.