Aunque parezca el titular de un chiste, el comité encargado de designar a los posibles candidatos para los Premios Nobel pensó alguna vez en las figuras de los dictadores Adolf Hitler y Stalin para que fueran reconocidas, nada más y nada menos, con el premio nobel de la paz.
El Premio Nobel se otorga cada año a personas que hayan hecho investigaciones sobresalientes, inventado técnicas o equipamiento revolucionario o hayan hecho contribuciones notables a la sociedad. Los premios se instituyeron como última voluntad de Alfred Nobel, inventor de la dinamita e industrial sueco. Nobel firmó su testamento en el Club Sueco-Noruego de París el 27 de noviembre de 1895. Se sentía culpable por su responsabilidad como empresario enriquecido a través de una industria productora de dinamita cuyo principal mercado era la minería, pero también la guerra. Ésa puede haber sido la motivación principal de su afamado testamento, quizás unida a la costumbre de la época de realizar acciones para hacer trascender su nombre al morir.
Durante muchos tiempo, por interés propio del Comité Nobel noruego, se han mantenido en secreto el nombre de los nominados y sus nominadores entre los años 1901 y 1955. Los nombres son un secreto que sólo conocen los cinco miembros del Comité Nobel noruego y no son revelados hasta pasados 50 años. Cual fue la sorpresa, cuando en la anterior “revelación” figuraban “celebridades” del órden de:
Adolf Hitler:
En 1939, el socialdemócrata y parlamentario sueco E.G.C. Brandt, nominó a Adolf Hitler para el premio Nobel de la Paz de ese año. Brandt alegó como motivo que “Hitler era el líder del Partido Nacional Socialista de Alemania”. Según los archivos, la nominación fue retirada el mismo día que terminaba el plazo de recepción de propuestas para el premio.
El 9 de Abril de 1940, las tropas alemanas invadían Noruega.
Aquí se puede ver, en la web oficial de los premios, la ficha de su nominación.
Joseph Vissarionovitch Stalin, dos veces candidato:
Nominado al Nobel de la Paz en 1945 por “sus esfuerzos para finalizar la II Guerra Mundial”. Fue propuesto por el ex ministro de AA.EE noruego Halvdan Koht, que a su vez era profesor de historia de la Universidad de Oslo y había sido miembro del Comité Nobel Noruego. Aún así, su candidatura ni tan siquiera fue evaluada.
Stalin fue nominado otra vez en 1948 por Wladislav Rieger, profesor de una universidad de Praga, sin exponer motivo para su nominación y de nuevo, ni siquiera fue evaluado.