Mi sur te imaginó desde un sueño que placido elevó su lívido para buscarte... Ahí..., donde el Azteca adora a sus dioses, cada noche me elevo a tu norte para adorarte.
Tierras aztecas de sacrificios y alabanzas,
mis ojos te buscan en la inmensidad de esas pampas,
que llevan al águila en su bandera como estampa.
En este espacio infinito donde las formas son letras,
donde el corazón se arrasa con el poder de la palabra,
voy acuñando esperanzas en cada charla...
Te siento, te veo! Te toco! Marcho a tu encuentro inundado de vos cuando cierro mis ojos... y me elevo etéreo en sueños cuando te invoco.
Con el amor suceden cosas extrañas, se derriban las fronteras del alma y se devoran las distancias... pero son los sueños los que alimentan la esperanza.
Por ello, mi amada... luz lejana! búscame en tus sueños a los flancos de tu falda,
sostenme la mano firme y no me sueltes...
por nada, que si es amor esto que nos pasa,
esta fantasía que anuda tu alma a la mía, unirá también nuestros cuerpos la mañana de un día.