Amar no es dar parte de lo que hemos recibido, sino dar todo lo que tenemos.
No es tener las antenas dispuestas a la sensibilidad, sino el corazón dispuesto para el dolor.
No es el estremecimiento pasional, sino el recubrimiento de esas sensaciones con sentimientos profundos.
Amor no es juntar los labios y cerrar los ojos. Es juntar alma con alma y dar cabida a todos los renunciamientos.
No es lo que nos viene bien en determinado momento de la vida. Es lo que escogemos para siempre, como centro vital de la existencia.
No es lo que se siente cuando se baila, cuando se toma, cuando se mira el cielo. Es lo que se siente en una prueba dura, en una lágrima amarga, en un dolor profundo.
Es vibración con ternura. Son palabras con comprensión. Es promesa con fe y confianza.
No es solamente ser humanos, sino comprender que se ha infiltrado en nosotros algo sobrenatural y divino.
Zenaida Bacardí de Argamasilla
Libro: Con las Alas Abiertas