Los consumidores pueden asumir unos fáciles consejos para reducir su factura eléctrica y concienciarse del grave impacto ambiental que tiene el gasto de energía
El precio de la tarifa eléctrica ha subido un 10% con respecto a 2010 y no será la última vez que aumente. Los consumidores pueden reducir su factura con unos cuantos consejos para gastar menos energía. El bolsillo lo agradecerá, y también el medio ambiente.
En primer lugar, se debe asumir una máxima que parece muy obvia pero no lo es: la forma más (eco)lógica de ahorrar energía es no consumirla, o al menos, hacerlo de forma sensata. No es extraño ver habitaciones con luces encendidas sin nadie dentro, o estar en camiseta en invierno o con jersey en verano por el uso exagerado de la calefacción y el aire acondicionado.
Los electrodomésticos producen el mayor gasto en los hogares españoles: pueden suponer hasta el 65% de la factura eléctrica. Ahora bien, no todos gastan igual. Los frigoríficos y congeladores requieren casi el 19% de la electricidad consumida, según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). Por ello, es recomendable tener uno de tamaño apropiado, y con las etiquetas de eficiencia energética más ahorradoras, las de tipo A o superior.
Si un consumidor sustituye un frigorífico de clase C por otro etiquetado como A+, el ahorro estimado en la nueva factura eléctrica será de 3,72 euros al mes (44,64 euros al año). En el caso de una lavadora será de dos euros, de un lavavajillas 2,42 euros, y de una secadora 4,61 euros.
Los electrodomésticos más eficientes son más caros, pero son una inversión que se amortiza en menos de cuatro años. Después de su vida media (diez años), se consigue un ahorro de un 74,7% del consumo eléctrico total con respecto al consumo de un electrodoméstico no eficiente. Las administraciones suelen ofrecer Planes Renove con ayudas para subvencionar la compra de estos aparatos menos derrochadores.
Para reducir el consumo energético, por ejemplo del frigorífico, se puede ubicar en un lugar fresco y ventilado, mantener limpia su parte trasera o descongelar antes de que la capa de hielo alcance tres milímetros de espesor. Abrirlo lo menos posible y cambiar las gomas de sus puertas si no cierran bien, evitar introducir alimentos calientes, descongelar los alimentos en el frigorífico para obtener ganancias gratuitas de frío y mantener la temperatura del frigorífico entre 3º y 5º y el congelador entre -18º y -15º son algunos consejos fundamentales para reducir la cantidad de energía que consume un frigorífico.
Chupópteros de energía
- Televisor: Después del frigorífico, el televisor es el electrodoméstico que más energía consume. Los televisores planos, cuyo uso y tamaño aumenta cada año, son unos grandes "vampiros energéticos": en modo "stand by" "chupan" energía las 24 horas del día aunque estén apagados, esto equivale hasta el 15% de su gasto en funcionamiento. Por ello, al igual que para el resto de pequeños y grandes aparatos electrónicos, cuyo consumo casi se ha triplicado en los hogares en las últimas tres décadas, los consumidores deben seguir los mismos consejos: elegir los más eficientes, evitar el stand by, o apagarlos si no se va a usar.
- Ordenador: En cuanto a los ordenadores, se puede hacer un uso más ecológico de los mismos: apagar el monitor si no se va a usar en más de 20 minutos y todo el PC en caso de no utilizarlo más de dos horas. Las nuevas tecnologías pueden ayudar a gastar menos electricidad, como los contadores inteligentes, que informan al detalle del consumo eléctrico en tiempo real.
- Lavadora: La lavadora es el siguiente en la lista de los que más consumen. Entre el 80% y el 90% de la electricidad la destinan a calentar el agua. Además de utilizar los modelos más eficiente, es mejor recurrir a los programas en frío o de menor temperatura posible, que suelen ser los más apropiados para la mayoría de las coladas. Otros consejos importantes son aprovechar al máximo su capacidad o cuando menos, programas de media carga, centrifugar y secar la ropa al sol para evitar secadoras, usar descalcificantes y mantener limpio el filtro. En caso de tener una secadora, que sea también de las más eficientes, utilizarlas solo cuando no quede otro remedio, aprovechar al máximo su capacidad y con los programas más adecuados.
- Lavavajillas: El lavavajillas es otro electrodoméstico cada vez más habitual en los hogares españoles: una cuarta parte dispone de uno. Aunque requiere el 2% del gasto eléctrico, es más económico que lavar los platos a mano con agua caliente, siempre que se sigan los mismos consejos que con las lavadoras.
- Cocina: El cocinado de alimentos también se lleva una buena parte de la energía, en forma de electricidad o gas natural (11%). Para reducir su consumo, se puede cocinar con recipientes cuyo fondo sea mayor que el fogón, tapar las cacerolas, utilizar hornos de clase A y abrir su puerta justo lo necesario, usar olla exprés, si se usan placas eléctricas, desconectarlas unos minutos antes de la cocción, y si la cocina es a gas, reducir el fuego cuando se hierva el alimento.
- Pequeños electrodomésticos: Los pequeños electrodomésticos que producen calor (plancha, tostadora o secador de pelo) dan lugar a consumos importantes. Conviene reducir en lo posible su uso y aprovecharlos al máximo. Los aparatos como abrelatas, exprimidores o teléfonos, se pueden utilizar los manuales sin electricidad para lograr la misma función. No obstante, algunos de estos aparatos son recomendables. Un microondas ahorra tiempo y entre un 60% y 70% de energía frente a un horno convencional. Y una maquinilla eléctrica es mejor que las de usar y tirar en cuanto al uso de agua caliente y residuos.