HACIA EL ENCUENTRO
Cada día, Señor, ya es un regalo...
por el río hacia el mar, voy en mi barca.
No tengo remos, ni timón, ni vela:
tan sólo la corriente es la que manda.
Nadie detiene el río, nadie para su ritmo
ni dormir sus aguas.
Es imposible pretender hacerlo;
como aire entre las manos, ¡se me escapa!
Lejana ya la fuente, cerca el mar;
cada vez más ayer, menos mañana.
y tranquilo, sabiendo que Tú guías
por el río hacia el mar, voy en mi barca.
(Fray José Mª Guervós.O.P.)