Alguien dijo una vez:
"Las palabras son los peldaños de la escalera de nuestra comunicación"
Por lo tanto, debemos cuidar que cada tramo de nuestra comunicación esté bien construido, que no sea resbaladizo, que no esté carcomido, que no provoque más caídas o problemas en nuestra relación con los demás.
Siguiendo las definiciones orientales, elijamos bien nuestras palabras, para que los peldaños de una buena comunicación sean sólidos , estables, sustentables en el tiempo y en cualquier ocasión.
Ya que: Una palabra cualquiera puede ocasionar una discordia. Una palabra cruel puede destruir una vida. Una palabra amarga puede provocar odio. Una palabra brutal puede romper un afecto. Una palabra agradable puede suavizar el camino. Una palabra a tiempo puede ahorrar un esfuerzo. Una palabra alegre puede iluminar el día. Una palabra con amor y cariño puede cambiar una actitud. En nosotros está ser los constructores de un mundo más amable, más cortés, más generoso y solidario.
A/D
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