- ¡Esa fue una cosa maravillosa que has hecho, hijo -contestó el sacerdote- No tienes la necesidad de confesar eso.
- No Padre, es que ella empezó a agradecerme con favores sexuales.
- Estando en gran peligro y bajo esas circunstancias, dos personas pueden ser muy tentadas a actuar así. Pero si lo sientes verdaderamente, estás perdonado de hecho.
- Gracias, Padre. Esa es una gran carga que le saca a mi alma. Pero tengo una duda más.
- ¿Y cuál es, hijo?
- ¿Cree usted, que debería decirle que la guerra ha terminado?
Risas.....más por el modo de interpretar el chiste que por el chiste en sí. Primera parada...se baja del coche "Cartucho" y continuamos viaje...a los pocos metros otro chiste en este caso mío:
Son dos vascos y le dice uno a otro: -¿Sabes cómo se llama aquél pico que se ve allí?
-¿Cuál?- le responde el otro.
-Vale...¿y aquél otro que está al lado?
Llega la siguiente parada y se bajan Puñal y el Balas. Continuamos viaje. Yo soy el último en bajarme. Saco un papel del bolsillo donde me apuntaron la dirección donde vivo y le indico al taxista. Por fin en casa. Entro sin hacer ruido, con el sigiloso silencio del culpable.
Ahora me voy al pueblo a desintoxicarme. Allí, deporte, vida sana, sin rompimientos de cabeza..... El lunes pareceré otro y mantendré de nuevo el tipo hasta el siguiente jueves o viernes. Entonces serán kokochas al pil pil también en la peña y las cocinaré yo. Para beber sidra.
Este estrés nos va a matar. Me voy...........hasta el luneeeessss