La festividad, que se prolongará durante dos días y cuya observancia aparece recogida en el Levítico, se iniciará al atardecer de hoy y concluirá al anochecer del próximo viernes. El Año Nuevo judío se caracteriza por la degustación de alimentos dulces, símbolo de buenos deseos para el año entrante, así como el sonido del "shofar", uno de los instrumentos musicales más antiguos de la Humanidad, hecho con un cuerno retorcido, generalmente de un carnero, que se suele tocar tras los rezos matutinos.
El "Rosh Hashaná" se comienza a celebrar la víspera del comienzo del mes hebreo de "Tishrei", según una antigua tradición en la que la fecha era anunciada desde Jerusalén a todas las comunidades por medio de hogueras.
"El Rosh Hashaná es una mezcla (de alegría y solemnidad). No es sólo un día en el que untemos manzana en miel para que tengamos un año dulce. No es sólo una fiesta", explicó a Efe Moshé, un estudiante estadounidense que se encuentra en Israel en un año de estudios en un seminario rabínico. Explica que es además "un día de reflexión interna" sobre los actos del año anterior, "un día de esperanza". Durante esta semana y media de reflexión espiritual, es costumbre escuchar a los judíos religiosos saludarse con la bendición "Gmar hatimá tová", con la que se desea al prójimo una buena inscripción en el libro divino
EL SOFAR