Albert Rivera es la persona cuyo discurso político más me convence. Además intuyo en él una mirada limpia y noble. Ignoro si con estos condicionantes llegará muy lejos en política, si bien, yo apostaría por él sin dudarlo, a pesar de que no debemos poner la mano en el fuego por nadie y menos aún en lo que a política concierne. Los movimientos en política se han producido siempre sin que se me haya concedido la oportunidad de intervenir en sus intríngulis. Definitivamente es un mundo que se me ha cerrado y que no tiene la menor intención de abrirme sus puertas. El país se lo pierde. Sin embargo no se escapan a mi natural capacidad de análisis algunos discursos que he oído recientemente aprovechando la campaña de las elecciones en esta comunidad tan española como es la catalana, pese a quien le pese. La historia no se puede cambiar. En todo caso se puede falsear para adoctrinar a gentes de cortas entendederas.
Lo dicho. Le auguro un futuro prometedor a Alberto Rivera. Prefiero Alberto que Albert, pero bueno, ese es un detalle que carece de total importancia.
El futuro dirá si estoy en lo cierto.