Nos relacionamos con muchas personas a lo largo de nuestra vida, pero sólo algunas terminan siendo amigas o amigos y muy pocas terminan siendo pareja. En muchos ámbitos como la filosofía o la psicología, se ha estudiado qué nos hace elegir a una persona y no a otra como pareja y actualmente existen multitud de teorías al respecto, unas complementarias y otras, incluso, contrapuestas.
Lo que es evidente es que, en general, la belleza nos preocupa y es algo a lo que damos importancia. De hecho, la industria de la belleza, desde la cosmética a la cirugía estética, pasando por la moda, mueve una gran cantidad de dinero. Pero la belleza es una inquietud que ha existido desde siempre, de hecho, hay infinidad de culturas en las que las se adorna el cuerpo con maquillaje, collares, tatuajes o piercing.
“Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio.”Compartir
Charles Darwin en su libro “The Descent of man, and selection in relation to sex”, trató el tema de la belleza humana desde el punto de vista biológico. Basándose en comentarios de varios misioneros británicos, intentó encontrar patrones de belleza comunes a todos los humanos y acabó llegando a la conclusión de que no existían.
Existe la creencia de que las mujeres valoran a la hora de elegir pareja los recursos que puede aportar un hombre y los hombres valoran la belleza. Esto se debe según la biología evolutiva clásica a que ellos buscan la fertilidad y la capacidad de reproducción y ellas buscan tener hijos y poder alimentar a la familia.
Pero esa creencia ha cambiado. Marcel Zentner de la Universidad de Innsbruck realizó un estudio en países muy diferentes como Irán, Arabia Saudí, Japón, Finlandia, Suecia e Inglaterra, y llego a la conclusión que en aquellos países en los que la igualdad entre ambos sexos es mayor, los criterios de las personas a la hora de elegir pareja tienden a parecerse. Por lo tanto, influye la evolución que haya tenido una sociedad.
“Por eso no seremos nunca la pareja perfecta, la tarjeta postal, si no somos capaces de aceptar que sólo en la aritmética el dos nace del uno más el uno.”Compartir
Por otro lado, también existe la teoría de que el ADN condiciona nuestras decisiones a la hora de elegir pareja. Neil Rish de la Universidad de California, estudió los efectos del árbol genealógico en la elección de pareja en individuos mejicanos y puertorriqueños. Los análisis de ADN revelan que las parejas actuales comparten ancestros y las anteriores generaciones también habían seguido el mismo impulso genético.
Las leyes de la atracción
El profesor Noam Shpancer, profesor de Otterbein University, sostiene que existen una serie de leyes de la atracción que son la base para nuestra elección de pareja, que han sido ampliamente estudiadas y que son aceptadas por la mayoría de los psicólogos. Las leyes son las siguientes:
- Ley de la familiaridad. Esta ley sostiene que el contacto frecuente con una persona genera el cariño y hace más posible que nos enamoremos de ella. Cuanto más tiempo pasamos con una persona más posibilidades hay de que nos guste. También es cierto que cuanto más tiempo pasamos con alguien más posibilidades hay de que nos enfademos, pero Shpancer sostiene que eso es sólo la excepción que confirma la regla.
- Ley de la tracción física. Aunque pasemos mucho tiempo con una persona no nos llegará a gustar si no la encontramos atractiva. Por lo tanto, el físico influye y de manera determinante. En principio, nadie está dispuesto a compartir su vida con otra persona que no le atrae físicamente.
- Ley de la personalidad. Los investigadores han encontrado dos rasgos de la personalidad que hacen a una persona especialmente atractiva: la competencia y la calidez. Por competencia se entiende el nivel de inteligencia y habilidades sociales de una persona y por calidez, es decir, la capacidad de ser cercana y cariñosa.
- Ley de la proximidad. Todos sabemos que la distancia en una relación es algo bastante complicado y que a la larga si la pareja no se une pronto, la relación fracasará. Por ese motivo, lo habitual es que escojamos como pareja a alguien que tengamos cerca, al que podamos ver con frecuencia e ir forjando una relación.
- Ley de la semejanza. Según diversos estudios, nos atraen personas que son como nosotros. Tendemos a buscar parejas con las que compartir aficiones, valores e inquietudes. Si podemos elegir entre varias personas, preferimos a alguien que tenga cosas en común con nosotros, frente a una persona que sea muy diferente.
“Porque, sin buscarte te ando encontrando por todos lados, principalmente cuando cierro los ojos.”
-Julio Cortázar-
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