Orar por otros
Oro por ti, sabiendo que Dios es tu fuente siempre presente.
Cuando un ser querido tiene una necesidad, lo primero que puedo hacer es orar. Pongo la preocupación en manos de Dios y descanso en el silencio de una comunión sagrada. En estos momentos serenos y poderosos, envío amor a mi ser querido y siento la seguridad de que el orden divino se establece. Veo que la vida, la sabiduría, la sustancia y el amor son revelados.
Puede que no tenga la oportunidad de ayudar a otros en persona; mas, siempre puedo contribuir con oración. Acudo a Dios y oro, con fe en que mi oración marca la pauta. Mi energía de amor y compasión, comprensión y paz apoyan al orden divino que se establece para el bien en las vidas de todos.
En su oración a favor de vosotros, os aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros.—2 Corintios 9:14
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