¡Qué triste es ver tan solo el piano, tan silencioso, y su banqueta vacía! Si ya no estás aquí en la vida mía, hasta la música me parece en vano.
Ya no se escucha el acorde ni el compás, y es este drama, de estilo wagneriano. Tristán e Isolda, cual tenor y soprano, jurando amor para siempre jamás.
Y en la "muerte de amor" que aquí nos toca, como me apena el silencioso dolo que mi deseo sería besar tu boca.
Pero ya no estás aquí, solo es un piano, un mudo instrumento, un piano solo, el que puedo acariciar con mis dos manos.