NO PODRÍA OBLIGARTE...
No podría obligarte a no seguir tu sino. Eso sería negarte todo lo que de carne eres y que somos. Vete ya a acariciar largos cuerpos, distintos a este mío, desde el cual te diviso, viviéndome de adentro. Tú vives desde afuera. Con sólo ser tocado ya existes. Yo necesito más. Quiero manos de amor, sabias manos que atraviesen la piel de que estoy hecha, y conozcan la pura consistencia de mi barro.
Renata Durán
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