Mis más sinceras disculpas
Estábamos en un punto muerto. Yo había pedido disculpas, y mi esposo había hecho lo mismo, pero incluí mis observaciones con un comentario muy feo acerca de él, manifestándole que había sido demasiado sensible. Por su parte, él justificó su conducta como una reacción a mi actitud. Nos sentamos, uno frente al otro, sin sentirnos mejor que antes de empezar a ofrecernos disculpas. En realidad, no supimos cómo decir "lo siento".
En más de veinte años de matrimonio, mi esposo y yo nos hemos dicho estas palabras cientos de veces. en realidad, por cada ocasión en la que yo lo he hecho, él ha pedido perdón unas cien veces, vaya que sí, no porque él tuviera que hacerlo más que yo, sino porque es mejor que yo en esto. Cuando me siento arrepentida por alguna acción o palabra indebida, mi corazón formula la disculpa, mi mente le da forma y luego se me queda atorada en la garganta. Creo que el término teológico para describir este "hecho", es "orgullo".
¿Has tenido esta experiencia? Aunque no la hayas tenido, probablemente sabes lo difícil que es manejar el orgullo y al mismo tiempo rectificar. La mayoría de nosotros tenemos que pedir disculpas a menudo, ya sea por un error involuntario o por algun mal comportmiento intencional. Las disculpas son simplemente una parte necesaria de las relaciones, pero hay una diferencia entre una disculpa sincera y efectiva que abre el camino para la reconciliación y la clase de disculpa que simplemente enturbia las aguas. Recuerdo la primera vez que mi esposo cuestionó mi uso de la palaba "pero", cuando ofrecía disculpa. Esto me dejó atónita. Yo pensaba honestamente que estaba haciendo algo muy correcto al expresar mis disculpas. Él me dijo que cuando uno se disculpa, el añadir, "pero..." anula, en relidad, todo lo dicho antes. ¿Quién sabía que había una manera correcta de pedir disculpas?Yo, ciertamente, no era esa persona. Todavía perpleja, me p[use las manos en las caderas y cuestioné su afirmación. Mi esposo procedió, entonces, a darme la primera regla que yo había oído jamás sobre el asunto: "Cuando tú dices "disculpame por ho haberte llamado para decirte que iba a llegar tarde, pero tú debiste haber sabido donde me encontraba", esto último anula la admisión de culpa. Tú no puedes usar la palabra "pero" al mismo tiempo que "disculpame" No quería admitirlo, pero él tenía razón. Yo estaba reconociendo mi mal comportamiento, y justificándolo al mismo tiempo, sin ninguna consideración por sus sentimientos. El verdadero arrepentimiento le cuesta algo al ofensor, y le muestra consideración y respeto al ofendido.
A lo largo de los años, mi esposo y yo nos hemos puesto de acuerdo en algunas otrs reglas, y cuando las cumplimos, nuestras disculpas son más efectivas. He descubierto que, con la práctica, "La garganta se me atora menos". Fe si los consejos que siguen a continuación te ayudan a rectificar.
La verdadera disculpa exige una muerte al yo personal.
Kay Harms
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Perdonar es el agua que apaga los incendios del alma,
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial. Mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. Mt 6:14-15
Dios sea propicio a ti,
Perla
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