Cuando yo tenia mas o menos 4 años, vivía en un pasaje en el barrio El Llano, era un
pasaje entretenido con muchos niños. Vivíamos mi abuela paterna, mi papa, mama, una
Tía Putativa llamada Maria Peyrin, mis hermanas.
Esta tía, fue y será siempre una persona especial en mi vida, ella me enseño muchas
cosas como comer bien, sentarme en la mesa sin los codos en la mesa, tomar sopa sin
sorbetear. En fin muchas cosas; pero la más importante fue que nos enseño el sentido
Del humor y no preocuparse del ridículo que uno pueda hacer, mientras sea para hacer
felices a las personas. Mi mama y ella se disfrazaban de cualquier cosa que se les
ocurra, con ropas que puedas encontrar en un baúl. Lo que mejor hacían era la rutina
de un par de payasos, con el señor Corales y todo incluido.
Un día mi tía vio un Carretón tirado por un caballo pequeño, que pasaba por mi casa
con un señor que recogía envases. Le pidió a mi papa que se lo arrendara para la
Semana de Navidad. Lo amonono lo que mas pudo para que pareciera un trineo maravilloso.
Ella por su lado era una mujer alta y maciza y se hizo un traje de Pascuero de los
mejores que he visto.
Cuando llego Navidad, nosotras esperábamos que para variar el Viejo Pascuero pasaría
mientras dormíamos, comíamos o algo así, y no lo veríamos.
Ese año fue distinto, estábamos sentadas a la mesa comiendo y sentimos unas campanitas
y salimos al pasaje; era el Carretón del Viejo Pascuero, cargado de todos nuestros
regalos. Una imagen maravillosa para niños como nosotros. Ella llego a nuestra casa
y empezó a repartir nuestros regalos; pero no esperaba que además de verla nosotras,
la habían visto también todos los niños del pasaje. Corrían como locos a nuestra casa,
y las mamas detrás de ellos con los regalos de los niños.
Se puso a repartir también los regalos de ellos, como si fuera el Viejo de toda la
cuadra, estaban las mamas, las abuelitas, las nanas. Una fiesta inolvidable para
todos, yo creo que ella nunca supo lo feliz que nos hizo a todos, ya que al hacer
felices a nosotros los niños a su vez hacia felices a las mamas por haber podido
cumplir el "sueño" de que sus hijos vieran al Viejo Pascuero de cerca.
Entre regalos y regalos, ella pedía un "vaso de leche" y lo que hacia era tragarse
un vaso de "Cola de mono". Estuvo mas de 3 horas repartiéndonos regalos, se fue en
todo su esplendor.
Lo que no supo hasta un rato después que otro tío putativo tenia una Fiesta de
Navidad muy grande en su casa y su Viejo Pascuero le fallo y no fue. Asi mi tía
volvió a ponerse ese traje rojo que tanto nos gusta a los que no estamos dentro de
el muertos de calor, y partió en un taxi a la casa de mi tío a llenar de sonrisas a
todas las personas que estaban en su fiesta. Por esas y muchas cosas mas esa Navidad
fue para mi la mejor.
Maria Peyrin, donde quiera que estés, gracias por haber estado en mi vida y haberme
enseñado tantas cosas.
MALDADOSA