1810
Un
grupo de Patriotas con ideas revolucionarias se venían reuniendo
en la Jabonería, negocio de Hipólito Vieytes, en la casa de
Rodríguez Peña y en la quinta de Mariano de Orma, gestando las
ideas revolucionarias que culminarías saliendo a la luz el 25 de
Mayo. Entre ellos estaban Belgrano, Saavedra, Rodríguez Peña,
Alberti, Paso.
Viernes
18 de Mayo de 1810
El
Virrey Cisneros anuncia al pueblo la caída de Andalucía en poder
de los franceses, hechos que ya eran conocidos por las noticias
llegadas a Montevideo al recalar una fragata inglesa.
Los patriotas se reunieron con Cornelio Saavedra, Jefe del
Regimiento de Patricios, considerando que el momento de llevar a
la acción sus ideas revolucionarias había llegado.
Sábado
19 de Mayo de 1810
Los
Patriotas comisionan a Castelli para presentarse ante el síndico
procurador Julián de Leiva, y por otro lado a Belgrano y Saavedra
a que se apersonaran ante el Alcalde en Primer Voto Juan José
Lezica, para solicitar que, con la aceptación del Virrey
Cisneros, fuera convocado un Cabildo Abierto para que deliberara
el pueblo sobre su destino.
Domingo
20 de Mayo de 1910
Enterado
de la petición, el Virrey se reunió con las Fuerzas Militares y
Saavedra no fue lo suficientemente enérgico en su posición, por
lo que Cisneros no resolvió nada.
Los revolucionarios enviaron a Martín Rodríguez y Castelli,
quienes- haciendo caso omiso de la cólera del virrey- lograron
que aceptara convocar a Cabildo Abierto.
Lunes
21 de Mayo de 1810
Apoyados
por vecinos que solicitaban la solicitud de un Cabildo Abierto,
los regidores recibieron por parte del Virrey Cisneros una
autorización escrita en que accedía a la voluntad popular de
convocar a una sesión pública para el día siguiente, en la que
se convocara a la parte más representativa y más sana del
vecindario.
Martes
22 de Mayo de 1810
CABILDO
ABIERTO
Se
reunió el Cabildo Abierto con una afluencia de alrededor de
doscientas cincuenta personas. Se inició un debate que fue
comenzado por el escribano del Cabildo, Justo Núñez, luego
prosiguió el Obispo de Buenos Aires, Benito de Lué y Riega,
quienes aconsejaban no innovar.
Las ideas revolucionarias patrióticas fueron expuestas y
defendidas por el doctor Juan José Castelli, quien exaltó los
derechos del pueblo de Buenos Aires para ejercer la soberanía y
poder tener un gobierno propio.
Prosiguió haciendo uso de la palabra el militar Ruiz Huidobro,
quien expuso que habiendo cesado en el cargo el Rey Fernando VII,
también caducaba el mando del Virrey Cisneros, y que el Cabildo
debía decidir el sucesor.
Siguieron otras exposiciones, y posteriormente se realizó una
votación, pero dado lo extenso de las sesiones de ese día, y lo
avanzado de la hora, se dejó el escrutinio para el día
siguiente.
Miércoles
23 de Mayo
Se
realizó el escrutinio que resultó:
Previo
a este sufragio, se expusieron muy diversas opiniones. La falta de
unidad en las ideas quiso ser aprovechada por los síndicos que
designarían Presidente de la Junta provisional, al propio
Cisneros.
Jueves
24 de Mayo de 1810
Reunido
el Cabildo dispuso que la Junta de Gobierno fuera presidida por
Cisneros, además de dos españoles (Juan M. Solá y José
Santos Incháurregui) y dos criollos (Castelli y Saavedra).
Asesorados por el síndico reaccionario español Julián de Leiva,
se redactó un Reglamento.
Juraron ese día y fueron aprobados por los mandos militares.
Pero cuando trascendió que el Virrey seguía al mando, comenzó a
agitarse la población agrupada en la Plaza Mayor, encabezados por
French, Beruti y otros.
A la par, los patriotas revolucionarios, reunidos, hicieron ver el
error a Castelli, quien dijo que elevaría su renuncia y
sugeriría la misma actitud a saavedra. Eran apoyados por los
regimientos de Arribeños y Patricios. por la noche los dos
criollos miembros de esta Junta, presentaron su renuncia. Y el
síndico volvió a citar para el día siguiente.
Los patriotas reunidos durante toda esa noche en casa de
Rodríguez Peña, deliberan sobre los miembros que integrarán una
lista que será presentada ante el Cabildo.
Viernes
25 de Mayo de 1810
Los
cabildantes aceptaron la renuncia indeclinable del Virrey, que
aceptó el descontento popular hacia su investidura; los jefes
militares le negaban su apoyo. Después de muchos artilugios del
síndico Leiva para coartar los objetivos patriotas, los
cabildantes decidieron aceptarla Junta revolucionaria presentada,
avalada por firmas, y respaldada por el pueblo en la Plaza, quedó
integrada la:
PRIMERA
JUNTA DE GOBIERNO