Un poema labrado de sol.
Lo tuve muy cerca
en la expansión de mi cuerpo.
Me rozó con su ala
hablándome de amor;
Viaje sin destino,
aroma de azahares,
derrotas amotinadas,
sonrojo del alma.
Un poema tuyo
me besó en la boca, y escondí
tras la niebla mi rostro.
Allí me sostuvo el invierno
desde la cintura delgada
de un delicado verso.
Se despertó la lluvia
dormida en el pavimento.
Recorro mil veces las mismas calles
espiando las mismas ventanas
para escuchar el eco
de tu melodiosa voz,
porque ayer...
Un poema tuyo
me besó en la boca.