Diluvio de amor
En las cuatro esquinas
del manto de languida piel,
en las derivaciones geograficas
de los grandes patios
de mi alma polvorienta,
se esconde un diluvio de amor
con sus ventarrones y sus peripecias.
Entre las notas sublimes de un sax
doy color y forma
a esta obsesion satinada,
aislada, destinada a la condena.
Los labios mullidos en el cielo otoñal,
emigran, se mudan a un punto
de convergencia, en los interiores
de las tardes del tiempo,
caminando entre sonetos
posados en la inocencia,
perdidos en la periferia
del bien y el mal, del cielo y la tierra.
Este diluvio me arratra
a la omnipotencia final.