Vivo en un sector de La Florida, llamado Lo Cañas,en Santiago de Chile; muchos de ustedes seguro no lo deben de conocer. Pero no creo que sepan como es vivir acá desde el año 1969, en esa época yo tenia apenas 7 años, fue lo mejor que pudo haberme pasado. Mi familia vivía en otro sector y nos cambiamos acá cuando mi papa compro la "parcela" palabra que no conocía a esa edad. Jamás supe lo que es tener 5.000 metros para jugar cuando solo tienes un pasaje con tus amigos y nos conocíamos entre todos.
Llegar acá fue un cambio demasiado fuerte, ya que aparte de aprender a amar la tierra; mi papa nos lleno de animales. Mi casa era un pequeño zoológico, con perros, gallinas de todas las especies, chanchos, conejos, faisanes, pavos reales, pájaros de todos tipos; tomar desayuno al pie de la vaca, cosas que a una jamás se le olvidaran.
Mis compañeras de colegio se venían en un furgón a visitar el Zoo de mi casa, era muy divertido verlas a todas tan contentas, solo por ver animales extraños para ellas.
Nunca aprendí a andar en bicicleta, porque era pura tierra, así que todo nuestra locomoción era a caballo. Iba a hacer las tareas a las casas de mis compañeras, a misa, solo a pasear en fin todo a caballo.
En mi barrio había casas sin rejas, los animales se paseaban entre las parcelas, y uno después tenia que ir a ver que vecino tenía nuestra vaca. Todos los vecinos nos conocíamos mucho porque éramos pocos; podías pasearte en camisa de dormir si querías por la calle y nadie te miraba raro.
Los vecinos de mi edad me llamaban tarde para que los fuera a visitar, y yo solo partía, daba lo mismo la pinta en que uno anduviera.
Podías gritarle por arriba de las pocas rejas que había al vecino para que pasara a tu casa a tomarse un trago. Cuantos asados compartimos, en todas las casas de mi pura cuadra nomás. Sin sumar "la patota" que armábamos con las demás calles. Se compartía mucho más; ahora con suerte sabes como se llama tu vecino, cuantos hijos tiene o si algo le duele.
Nos juntábamos a tocar guitarra y a cantar, éramos un grupo grande; pero con el grupo más selecto el de "la cuadra" teníamos un club... "Los Catedráticos del Ritmo".
Cantábamos y bailábamos todo lo que fuera de Música Libre, si hacíamos un pic nic y había que ir a comprar íbamos todos así fuéramos solo por unos chicles había que estar juntos. Recordando esto me ha dado nostalgias de aquellos tiempos en que la amistad era a toda prueba.
Ahora esto se ha perdido, ya no gritas por arriba de la reja, llamas por teléfono, mandas un mail con suerte, y si eres más cercano, lo visitas una vez al mes, cuando alguien esta enfermo en su familia; o quizás un funeral.
Hasta los caballos han desaparecido, los únicos animales que quedan en mi casa, son algunos gatos que se pasean como si fuera su casa. Pero los únicos animales que vivimos acá somos los humanos, y cuanto hemos cambiado, ni siquiera el hecho de ser un animal conciente, nos hace concientes de lo que nos hemos perdido.
Quiero volver a mi antiguo barrio, donde no habían rejas, los vecinos éramos todos conocidos y no había tanto bullicio. Ahora arriendan las parcelas para eventos y tienes bulla todo el día. Nos llego la civilización. Es la vida que me ha alcanzado. Pero ha quedado en mi niñez y solo ha quedado en mis recuerdos; ya no podre cambiarlo, solo recordarlo.
MALDADOSA