Ha llegado la noche, Señor,
y estoy cansada.
Tú no te cansas de cuidar de mí
y de proteger el mundo.
Tienes corazón de Dios
y día y noche nos quieres.
Gracias Señor.
Me ayudaste hoy a ser mejor, mi buen amigo.
Me tendrás que perdonar sin embargo
lo que no hice bien.
Hay cosas que hice regular y no sé cómo arreglarlas.
¿Me echarás una mano?.
Mañana quiero despertar descansada y como nueva.
Ya verás.
Buenas noches.
Amén
|