Ambulado en mi soledad por el mundo, un día en medio de la nada encontré un jardín lleno de flores entre las cuales había una rosa. La rosa más hermosa del universo cuyo jardinero era Dios, y quien con sus manos celestiales la había plantado.

La tomé entre mis manos y acercándola a mi pecho cerré mis ojos por un instante.

Abriendo lentamente mis ojos me di cuenta que entre mis brazos tenía lo más bello que Dios creó sobre la Tierra... a ti mi amado sol.

* Maggy *

18/08/2009