Los tropiezos que puedas
experimentar en tu escalada hacia la cima de la montaña no harán que la vista
desde allí sea menos espectacular. De hecho, harán que resulte más valiosa y
plena de sentido aún.
Aprende de tus errores y sigue
avanzando. Cada equivocación, cada frustración, tiene la capacidad de detenerte
una vez. No le des más poder permitiéndole que continúe deteniéndote. Supérala
y ya no mires atrás. Superar las frustraciones es relativamente sencillo. No
tiene sentido hacerlo más difícil aún agregando tu propio arrepentimiento.
El principal valor de cualquier logro proviene del esfuerzo con el cual fue
conseguido. Como con los diamantes, raros y difíciles de encontrar, que son
muchísimo más valiosos que las simples piedrecillas que pueden encontrarse en
todas partes.
Los tropiezos, los errores, las frustraciones, los esfuerzos complicados, todos
sirven para agregar valor al logro que se está persiguiendo. Acéptalos tal como
vienen. Puedes superarlos, y lo harás, en tu camino a conseguir eso que deseas.