El miedo es, a menudo, mucho más destructivo que aquello a lo cual se le teme. La ansiedad puede resultar mucho más dañina que aquellas cosas por las cuales estás ansioso.
Evitar hacer el esfuerzo puede ser mucho más complicado y demandante en términos de tiempo, que el esfuerzo en si mismo. Preocuparse por una situación negativa es generalmente más largo y doloroso que experimentar la situación propiamente dicha.
Cuando se la enfrenta sin vueltas, la vida es mejor. Tus esfuerzos son muchísimo más efectivos cuando no tienen que abrirse paso a través de pilas de negación, evasión y ansiedad.
Cuando sea necesario decir algo, ponte de pie y dilo. Cuando haya que hacer algo, ocúpate y hazlo.
Postergar las cosas para más tarde puede resultar tentador, o pensar que los problemas simplemente desaparecerán, o tener la esperanza de que alguna mágica ocurrencia hará realidad tus deseos. Sin embargo, lo cierto es que la verdadera realización en la vida proviene de poner todo tu ser en vivirla.
Así que anímate y enfrenta el miedo, haz el esfuerzo, avanza hacia nuevos territorios y vive plenamente el grandioso potencial con el cual has sido bendecido. Enfrenta la vida con atrevimiento, y descubrirás que es mejor de lo que jamás hayas imaginado.
Gabriel Sandler