Asi oraba Gandhi
Señor:
Ayúdame a decir la verdad
delante de los fuertes
Y a no decir mentiras
para ganarme el aplauso
de los débiles.
Si me das fortuna,
no me quites la razón.
Si me das éxito,
no me quites la humildad.
Ayúdame siempre a ver la
otra cara de la medalla,
no me dejes inculpar de traición
a los demás por no pesar igual que yo.
Enséñame a querer a la gente
como a ti mismo y a no
juzgarme como a los demás.
No me dejes caer en el orgullo
si triunfo, ni en la desesperación si fracaso.
Mas bien, recuérdame que el
fracaso es la experiencia
que precede al triunfo.
Gandhi
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