“SI EXAGERÁSEMOS NUESTRAS
ALEGRÍAS COMO LO HACEMOS CON NUESTRAS PENAS, NUESTROS PROBLEMAS PERDERÍA
IMPORTANCIA” ANATOLE FRANCE
Escuchar las palabras que decimos a diario es un ejercicio que nos ayuda
a entender un poco más nuestras acciones y pensamientos. ¿Qué pasaría si
le sacásemos una radiografía a nuestro vocabulario? ¿Qué descubriríamos?
Una persona negativa cuenta hasta un evento personal positivo desde la
negatividad.
Por ejemplo:
“No puedo creer que me gané
la lotería “¡Es increíble! Me siento tan bien”
Muchas veces la persona negativa
cuando menciona la parte positiva de su historia le da poca importancia y
reconocimiento a lo bueno sucedido en su vida, no registrando los logros
obtenidos por más insignificantes que sean o le parezcan. El tiempo y
énfasis de su energía se lo seguirá llevando su actitud negativa.
“Culto a la negatividad,” un hábito del
que se puede salir en el momento que uno este decidido a cambiar. Del
mismo modo que existen los adictos al alcohol, las drogas, el cigarrillo, el
sexo, etc., existen los adictos a la negatividad quienes vibran en una baja
frecuencia a la que están habituados y desde donde atraen situaciones y personas
que los ayudan a mantener esa vibración constantemente.
Cualquier evento, idea, persona que emita una vibración más alta o positiva
pasa desapercibida o es anulada inmediatamente. Le huyen a las noticias o
eventos positivos, no los registran o los reinterpretan desde el pantano de la
negatividad. ¿Cómo se puede romper este círculo vicioso? ¿Qué sucedería
en la vida de un individuo si por un rato permitiera que las palabras de
aliento, de apoyo, comprensión y amor le toquen el corazón y el alma?
LA
AUTORA LUISA HAY RECOMIENDA EN SU LIBRO “COMO SANAR SU
VIDA” GRABARNOS Y ESCUCHAR DETENIDAMENTE NUESTRAS PALABRAS. ¿CUÁNTAS DE
ESTAS FRASES USAMOS A DIARIO?
“No pretendas apagar con
fuego un incendio, ni remediar con agua una
inundación.”
Confucio
FRASES QUE SERIAN BENEFICIOSAS QUITAR DE
NUESTRO VOCABULARIO:
Me envenena la sangre...
Me enferma ...
Me revienta ...
No soporto / tolero ...
¡Qué desgracia!
¡Es un infierno!
Odio cuando...
Me pone verde...
Me da dolor de estómago...
¡Qué castigo!
Es una condena...
¡Qué
desastre!
Me duele el alma cuando...
Lo/la mataría cuando... Me mata...
Veo todo negro...
¡Todo me sale
mal!
¡No sirvo para nada!
Soy/Es un
idiota
Soy/Es un inservible...
¡Otro problema más!
¡Esto no cambia más!
Lo bueno le pasa a los
demás
Pobrecito/a...
Las palabras tienen una
energía propia y representan nuestro estado interior. ¿Qué le pasa a nuestros
oídos cuando escuchamos palabras positivas, de aliento? ¿Permitimos que
ese vocabulario y la energía que lo acompaña entren a nosotros? El hecho de
estar conscientes de que un vocabulario positivo nos ayuda a parar la crítica
constante y habitual, es un gran paso a un cambio poderoso.
Es fundamental entender el
poder de las palabras y ver que un comentario se puede decir de muchas maneras.
Tenemos la capacidad de elegir nuestras reacciones. La relación entre
padres e hijos, entre hermanos o amigos, generan una gran cantidad de
información relacionada a este tema.
¿Qué palabras usamos cuando
le hablamos a nuestros hijos? ¿Los ayudamos a sentirse orgullosos de sus
logros o intentos? ¿Los minimizamos? ¿Cuando ellos hablan me
escucho a mí mismo? ¿Me gusta lo que escucho? ¿Qué critico de
mi hermano o mi amigo? ¿Lo aliento con mi crítica o lo anulo?
Después de analizar las
situaciones anteriormente mencionadas, ¿Cuál es el sentimiento que nos generan?
¿Es positivo o negativo?
El resultado nos indicará en
que tipo de energía vibratoria estamos manifestando nuestra realidad o vida
cotidiana.
DIETA DE PALABRAS
¿Cómo anda nuestro monólogo
interno? ¿Qué sucedería si con el famoso, “solo por hoy,” por solo un día
no escucháramos las malas noticias que suceden en nuestro país y el
mundo? ¿Qué sucedería si “solo por hoy” pensamos en esos rostros anónimos
que andan por la Tierra
regalando sonrisas, optimismo, amor, curando enfermos, abrazando almas
solitarias ... ¿Qué nos pasaría si por veinticuatro horas elegimos expresarnos
usando un vocabulario diferente? Y al día siguiente decidimos repetir la
experiencia del “solo por hoy” ¿Y por qué no otro día más? Y otro, y
otro........