LA CATEDRAL
La Plaza diseñada a mediados del siglo XIX, ha sufrido varias remodelaciones, la última en el año 2000. La preside la monumental fachada de la catedral-fortaleza del siglo XVI, con su portada principal renacentista.
La catedral, situada en el antiguo arrabal de la Musalla, se empieza a construir a partir del año 1524, tras el terremoto de 1522, que destruyera la primera, situada en la Medina, sobre la Antigua Mezquita Mayor. Su característica principal es la de ser catedral-fortaleza, porque se construye tanto para el culto religioso como para defender a la población de los ataques de piratas berberiscos. Está característica se puede observar en su fachada principal: empleo de grandes contrafuertes y torreones en sus esquinas, muros macizos y la decoración concentrada en su portada principal, donde campean el escudo de Carlos I de España y V de Alemania, y el del Obispo Fundador de la catedral, Fray Diego Fernández de Villalán. La portada lateral de la calle Velázquez, y denominada de “Los Perdones”, es del mismo estilo, renacentista, que la principal, aunque de decoración más sencilla.
En su interior, de finales del gótico, alberga una variada gama de estilos: gótico, renacentista, barroco y neoclásico, siendo destacable la sacristía, el Altar Mayor, el coro, trascoro, claustro y las capillas de la girola que al exterior son auténticos bastiones defensivos.
En la Plaza, frente a la fachada de la catedral, se sitúa el Palacio Episcopal, del siglo XIX y en la calle Cubo, en uno de los torreones de la catedral, el perteneciente a la capilla del Santo Cristo de la Escucha, donde está el sepulcro del Obispo Fundador, se sitúa el característico “Sol de Portocarrero”, el emblema de la ciudad |