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General: El juez Baltasar Garzón, ¿víctima de quién?
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: JsalgueroD  (Mensaje original) Enviado: 25/04/2010 05:03

El juez Baltasar Garzón, ¿victima de quién?







José Salguero Duarte
Jueve 22 abril 2010
El Faro Información



http://josesalguerod.blogspot.com/
http://salgueroduarte.artelista.com/

En su día, tanto la derecha como la izquierda política, con motivo de la transición de la dictadura del tirano Francisco Franco a esta democracia; hicieron un pacto político sin honrar debidamente a los que fueron vilmente asesinados, torturados y represaliados en la incivil Guerra Española y en el franquismo.

Por lo tanto, mi total apoyo al juez Garzón, por su actitud para dignificar a esas inocentes victimas. Permaneciendo aún miles en fosas comunes, sin que en treinta años de democracia, se haya saldado esa deuda histórica, para cicatrizar las heridas por y para la convivencia y, el buen funcionamiento del sistema democrático.

Pero, desconozco, si el juez Garzón ha cometido algún presunto delito, ya que al parecer, desestimó la querella que le fue presentada por la Asociación de Familiares y Amigos Victimas de Paracuellos, para que fuera juzgado el histórico comunista Santiago Carrillo, máximo responsable de esos fusilamientos. Y, sin embargo, se declaró competente para investigar otros crímenes cometidos en la Guerra Civil y en el franquismo. Presentando contra él por este proceder una querella la Falange Española y otra el sindicato ultraderechista Manos Limpias, por una presunta prevaricación.

Es indignante, que ciertos herederos de los que llevaron a cabo el mayor genocidio y exterminio en la historia de España, asesinando a los que defendían la legalidad vigente constitucional y democrática en la Segunda República, sienten en el banquillo al juez Garzón por intentar honrar a las victimas del franquismo.

Siendo obvio, que Garzón está siendo sometido a un acoso político. Creyendo que el PP de Rajoy está poniendo una cortina de humo, para tapar las miserias políticas de algunos de sus miembros. Y ataca con toda su artillería al Juez Baltasar Garzón, al ser el instructor del espeluznante caso de corrupción Gürtel que tanto afecta al PP.

Pero, es posible, que Garzón presuntamente cometiera un grave error al desestimar la denuncia de los crímenes de Paracuellos y, aceptar por el contrario la del franquismo. Ya que, por la independencia del Poder Judicial, creo que si no aceptó la querella de Paracuellos tampoco debería de haber aceptado la otra.

Por consiguiente, a tenor de lo dispuesto en el artículo 9º de la Constitución Española de 1978 en el que dice entre otras cosas: “Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico”. Y el artículo 14º de la referida Carta Magna dice también: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.

Tengo que decir, desde la absoluta objetividad de mi libre pensar, al no estar sometido a disciplina política, sindical, cultural, artística…alguna. Que el juez Garzón, al haberse presentado varias querellas contra él por formaciones legalmente constituidas en España. Guste o no guste a los manipuladores políticos, periodistas, artistas y panderetas de la izquierda. Garzón deberá someterse a la Ley y ha de ser la Justicia la que dictamine libremente sin presiones políticas algunas, si es culpable o inocente con arreglo a Derecho, del presunto o, presuntos delitos que se le acusa.

El asunto por su gravedad ha traspasado fronteras y, en Argentina el español Darío Rivas, ha presentado una denuncia contra el genocidio de España. Diciendo Rivas en una carta: “En España se continúa viviendo como durante los 40 años de la dictadura de Francisco Franco. Hay en cierto modo un silencio cómplice. El camino de la concordia y de la reconciliación no excluye la justicia ni implica el olvido".

Rivas, a sus 90 años de edad, avala lo que expongo. Y bajo mi entender a pesar de que la izquierda y sus flautistas proclamen sonoramente que Garzón es una victima del franquismo.
Creo que lo más cierto es que sea una victima de sus propios errores, y especialmente del actual sistema político.


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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: Mae 1 0 Enviado: 25/04/2010 22:40

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Enterrar/muertos/elpepiopi/20100424elpepiopi_12/Tes

TRIBUNA: JOAQUÍN LEGUINA

Enterrar a los muertos

El escaso desarrollo de la Ley de Memoria Histórica y el procesamiento contra el juez Garzón dividen a la sociedad española. Pero no hay que dejarse confundir por ideas sectarias y maniqueas

JOAQUÍN LEGUINA 24/04/2010

 

Todo ser humano -héroe o villano, decente o criminal- tiene derecho al duelo por parte de aquellos que lo amaron en vida. Y ese duelo exige la presencia del cadáver con el fin de poder enterrar dignamente los restos del difunto.

      Habría que ampliar el mutuo perdón y hacer que todos los muertos sean también de todos

      Esa demanda, la del duelo, se transmite de padres a hijos. Así se constata en el caso de las fosas dejadas en campos y cunetas por la represión franquista. Han sido los nietos de los muertos quienes han reclamado -y reclaman- un entierro decente para sus abuelos. Este era -a mi juicio- el principal objetivo de la Ley de Memoria Histórica. Pero ¿qué ha hecho el Gobierno para cumplir esta ley desde que se aprobó? Si hemos de atender a lo que dicen los parientes de los muertos, el Gobierno ha hecho muy poco. Quizá por eso algunos deudos fueron a llamar a la puerta de Baltasar Garzón, quien, creyéndose competente para el caso, acabó por meterse en un lío de incierto destino.

      Mas, sea como sea, este barullo judicial ha servido para colar algunos mensajes de muy dudosa calidad.

      Mensaje nº 1: La Ley de Amnistía -como toda la Transición- fue hecha bajo presión, debido al miedo que producía el ruido de sables. Más que amnistía fue amnesia lo que se impuso.

      Esto es falso y además encierra una calumnia contra quienes se pusieron de acuerdo en traer la democracia a España y para ello prepararon una Constitución consensuada. No fueron cobardes, sino generosos.

      El proceso necesitaba de la previa reconciliación, por eso -y sólo para eso- se votó la Ley de Amnistía, cuya vigencia se pretende ahora negar echando mano de las normas del Derecho Penal internacional que declaran imprescriptibles los crímenes contra la Humanidad. Normas éstas que, según los especialistas consultados, no invalidan en nada la Ley de Amnistía de 1977.

      En efecto, el único texto vinculante en materia de crímenes contra la Humanidad está en el convenio que se elaboró y aprobó en el seno de la Asamblea General de Naciones Unidas (Resolución 2391 -XXIII- de 26 de noviembre de 1968), que no contiene codificación alguna de normas de Derecho Internacional. Es un tratado-ley que sólo obliga a los Estados ratificantes, que han sido apenas una cincuentena, entre los que no está España ni Estados Unidos ni países importantes de la Unión Europea. Por lo tanto, la ley española de amnistía no se opuso a ninguna otra norma de origen internacional que la contradijese.

      Por otro lado, el tratado por el que se instituyó el Estatuto de la Corte Penal Internacional establece en su artículo 11 que esa Corte sólo tendrá competencia respecto de crímenes cometidos después de su entrada en vigor, lo cual deja fuera los crímenes del franquismo y también, por cierto, aquellos que pudieran haber cometido -permitido- las autoridades republicanas.

      En cualquier caso, ha quedado bien claro que en los dos bandos se practicó una enfurecida "limpieza étnica".

      Y aquí llega el segundo mensaje perverso:

      Mensaje nº 2: Los asesinados en la retaguardia republicana ya fueron "honrados" y sus victimarios perseguidos por el franquismo. Los únicos que ahora deben ser "honrados" -y sus asesinos juzgados- son los represaliados por el franquismo.

      Lo que se consigue con un mensaje tan sectario es perpetuar la división. Precisamente todo lo contrario de lo que una persona bien nacida debiera desear. En efecto, lo que se debiera hacer es precisamente lo contrario, es decir, ampliar el mutuo perdón y hacer que todos los muertos -todos- sean también de todos. Que quienes cayeron bajo la represión en la retaguardia republicana no por cometer algún delito sino por ser (ser cura, ser militar, ser noble, ser rico, ser de derechas...) sean reivindicados por las gentes de la izquierda, y los asesinados por los franquistas sin haber cometido delito alguno, simplemente, ellos también, por ser (ser sindicalista, ser republicano, ser socialista, ser comunista...) deben ser reivindicados por las gentes de la derecha. ¿Con qué fin? Simplemente, para poder decir todos juntos: ¡Nunca más!

      Mensaje nº 3: Todos los represaliados por el franquismo son héroes de la democracia y de la libertad.

      Los ganadores de la guerra civil sostuvieron durante los años de la dictadura que "sus" muertos (1936-1939) en el frente o bajo la represión en los territorios fieles al Gobierno republicano eran "mártires de la Cruzada", afirmación que está tan lejos de la verdad como cerca de la propaganda.

      Ahora, con parecido entusiasmo, se pretende que todos los enemigos del franquismo que fueron represaliados durante aquella interminable dictadura fueron "héroes de la Democracia".

      Esta es, también, una afirmación sectaria, y por eso debe ser negada. Lo haré a continuación, a sabiendas del riesgo que corro con ello.

      Vivir durante la guerra en la retaguardia republicana -nadie que se haya ocupado de ese asunto lo negará- representó para mucha gente un auténtico infierno de persecución y de muerte. Bastaría la lectura de la gran novela de Juan Iturralde, Días de llamas, para ilustrarlo. Y esa novela me lleva a un personaje -ligado a la UGT y al PSOE- que resultó ser un individuo siniestro: Agapito García Atadell, quien se hizo famoso en Madrid al inicio de la guerra civil como jefe de una de las Brigadas del Amanecer que operaban en la capital (también los de la FAI fueron maestros en "represión revolucionaria" y montaron, por ejemplo, una checa en el Cine Europa de la calle Bravo Murillo desde donde salían a dar paseos nocturnos y a llenar de cadáveres la Dehesa de la Villa). Estas pandillas -muy contentas de exhibirse armadas por la retaguardia y de no pisar el frente- aparecían de madrugada en los domicilios de la gente "de derechas" para dar el paseo a sus moradores y, de paso, "requisar" en su propio beneficio los bienes que encontraban en los registros de aquella casas.

      Según se cuenta, Indalecio Prieto -que era ministro de la Guerra- dio la orden de detener al "compañero" García Atadell y a su cuadrilla, pero, quizá alertado, Atadell arrambló con todo lo que pudo y se fue a Marsella, desde donde tomó un barco con destino a Buenos Aires. Pero el buque hizo escala en Canarias y los franquistas (quizá avisados desde la zona republicana) lo sacaron del navío y lo tomaron preso.

      Sabemos a través de Koestler (autor de El cero y el infinito), entonces encarcelado por los franquistas en Sevilla, que García Atadell estuvo en aquella cárcel y allí le dieron garrote. Probablemente, sus restos reposen en alguna fosa común de algún cementerio sevillano y ahora podrían ser exhumados... ¿Con honores?

      ¿Por qué no aceptamos la verdad de una puñetera vez? La inmensa mayoría de la derecha española renegó de la democracia durante la República y, desde luego, durante la guerra... Pero es que la izquierda, en gran parte, hizo lo mismo, tomando la deriva "revolucionaria". En cualquier caso, una guerra civil no es el mejor momento para la defensa de los derechos civiles ni para la discusión civilizada... "Es la hora de los hornos y no se ha de ver sino su luz", ¿recuerdan?

      En fin, que entre tanto ruido se ha impuesto, al fin, una consigna según la cual "el PP se niega a reconocer la sangrante realidad de las fosas" (sic). Se llega así al último mensaje. Éste ya en clave electoral.

      Mensaje nº 4: La derecha española es heredera y añorante del franquismo.

      ¿O sea, que casi la mitad de los votantes españoles prefieren el franquismo? No sé si los ideólogos que sostienen tal mensaje y tal barbaridad, son conscientes del disparate que perpetran con este tipo de propaganda sectaria.

      Mas debo decir, para concluir, que somos muchos los que -hartos de simplificaciones- nos negamos a que la izquierda se reduzca a ser la mera expresión de una aversión, la aversión a una derecha a la que visten de maniqueo sin ningún rigor intelectual.

      Joaquín Leguina es economista.


      Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
      De: goti0 Enviado: 26/04/2010 01:25
      Gracias por compartir este articulo


       
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