Palabras a mi madre
No las grandes verdades yo te pregunto, que No las contestarías; solamente investigo Si, cuando me gestaste, fue la luna testigo, Por los oscuros patios en flor, paseándose.
Y si, cuando en tu seno de fervores latinos Yo escuchando dormía, un ronco mar sonoro Te adormeció las noches, y miraste, en el oro Del crepúsculo, hundirse los pájaros marinos.
Porque mi alma es toda fantástica, viajera, Y la envuelve una nube de locura ligera Cuando la luna nueva sube al cielo azulino.
Y gusta, si el mar abre sus fuertes pebeteros. Arrullada en un claro cantar de marineros Mirar las grandes aves que pasan sin destino.
Bien Pudiera Ser
Pudiera ser que todo lo que en verso he sentido no fuera más que aquello que nunca pudo ser, no fuera más que algo vedado y reprimido de familia en familia, de mujer en mujer.
Dicen que en los solares de mi gente, medido estaba todo aquello que se debía hacer ... Dicen que silenciosas las mujeres han sido de mi casa materna ... Ah, bien pudiera ser ...
A veces en mi madre apuntaron antojos de liberarse, pero se le subió a los ojos una honda amargura, y en la sombra lloró.
Y todo eso mordiente, vencido, mutilado Todo eso que se hallaba en su alma encerrado, pienso que sin quererlo lo he libertado yo. Irremediablemente.
Alfonsina Storni
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